Reflexiones de 73 capítulos de webshow
Estas cosas, estas iniciativas, siempre parten de un día para otro. Como una humorada, como una actividad más en la piel de pijama que nos acompañó las primeras semanas de encierro voluntario, como en shock y cálculo sobre qué cosas o dinámicas empezaríamos a vivir encerrados, la intimidad del confinamiento o qué tipo de contenido fuera alternativo al bombardeo inicial de sanitización y peligro, y que luego se llenó de rostros de famosillos y de los otros.
“Crónica Vivencial” empezó amasando pan, mostrando discos, casetes, entradas de cine, posters, diccionarios, packs de series y libros que se han acumulado en la casa como parte de un coleccionismo digno de la causa. Mientras nos dejábamos crecer el pelo, le pedimos a algunos amigos que enviaran sus videos desde sus encierros, dinámica colaborativa que permitió rescatar la intimidad y sensación ambiente de muchas personas en su micro ética.
La crónica vivencial se hacía vivencial mientras su animador, el suscrito, el que firma, el que habla, se devanaba los sesos para aprender la técnica asociada a transmitir algo desde la casa. Que se viera bien, que las cámaras, que la música, que el jingle. “Previo, el webshow de las iniciativas” había sido un proyecto que nos permitió levantar recursos y adquirir algunas cámaras, una CPU y software para hacer ese Live. Pero desde el baúl hubo que salir de la teoría para meter las manos en la masa y empezar a mover los dedos, la cara y la pauta. Luego empezaron las entrevistas desde Zoom (oh, ¡se puede grabar en Zoom! ¿qué será de Zoom tecnológicamente en un año?)
“Crónica vivencial, encierro total” suma 73 capítulos desde el 23 de marzo. Ha sido un espacio de terapia para mantener la cabeza y el corazón ocupado, ya sin la radio, suspendida desde el estallido de octubre porque el estallido, juraban, nos iba a matar. ¿Dónde hablar con otras personas que no sean seremis?, ¿dónde compartir la neurosis por las cosas que nos gustan, con las personas que consideramos líderes de opinión en sus creaciones, en sus propuestas, en sus mundos, en sus especialidades? Filósofos, artistas, políticos, enfermeras, analistas, libre pensadores con los que hemos pretendido sostener la iniciativa de entretener y ofrecer una temática lejana a la búsqueda de la verdad. Nos quedamos con el intento del dato útil hacia la belleza, la contemplación de la naturaleza, de quiénes somos y en qué carajo nos convertiremos.
No sé si “Crónica vivencial” pueda ser auspiciada, es decir, si como espacio se hace sustentable, o si puede convertirse en una manifestación multiplataforma. Hoy hay mucha competencia, los espacios digitales están llenos de gente apalancada de la tv o de la fama, lo que hace difícil capturar el interés de las personas hipersegmentadas en sus propios zapatos, como los míos, los tuyos o los nuestros. Esto es tierra de nadie -de eso se trata la cosa- hasta que la pandemia, el estallido II, el Apruebo, el hombre y la mujer nos indiquen otro escenario adónde ir.
Tenemos “Crónica…” desde la casa para un rato más, porque hay mucha gente que nos ve y nos hace el bullying que hacen los amigos, con cariño, con paciencia, nos busca, nos sigue, nos comparte.
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RAA, septiembre 20, 2020.